Sijismo y salud
Ravi Chandra
Originaria del Punyab, una de las regiones más prósperas del norte de la India, el sijismo (en inglés sikhism) recibe su nombre de una palabra que significa “discípulo”. Esta tradición espiritual, fundada a finales del siglo XV por Gurú Nanak, se considera un camino de meditación en el Nombre Divino, en el que sus seguidores se ganan la vida por medios honestos y comparten la buena fortuna con los necesitados. Como veremos, uno de los aspectos más importantes del sijismo desde su origen hasta la actualidad es la salud individual y social.
La salud y los diez gurús
Entre las muchas enseñanzas de Gurú Nanak, cuatro están relacionadas estrechamente con la salud: practicar meditación y cantar el Nombre de Dios es la mejor manera de conservar una vida armoniosa y, por lo tanto, saludable; no hay que vivir apartados del mundo sino en comunidad, es decir, llevar una vida familiar y social; para ello se debe ganar dinero honradamente y mantener un equilibrio entre lo corporal y lo espiritual, aceptando las bendiciones y regalos de Waheguru (Dios); se debe compartir el dinero y los bienes de la comunidad a través del consumo colectivo.
El segundo gurú, Angad, enseñó los valores de obediencia y fe en el maestro espiritual. Era amante del ejercicio y favorecía la práctica de la lucha libre para fortalecer la salud.
Gurú Amar Das, su continuador, impulso los derechos de las mujeres, prohibiendo el uso del velo entre las sijs de origen musulmán y el sati o autoinmolación de las viudas al estilo hinduista.
El cuarto gurú, Ramdas, fundó la ciudad sagrada de Amritsar (Lago de Néctar) y Arjan Dev, su sucesor, construyó allí el Templo Dorado, el santuario más importante del sijismo. Arjan Dev recopiló las enseñanzas de los gurús anteriores junto con las propias y las dispuso en forma de libro.
El sexto, Gurú Har Gobind, militarizó a los sijs para defenderlos de los ataques de los musulmanes. Llevaba dos espadas, una que representaba la autoridad espiritual y otra el poder temporal. Curiosamente su sucesor, Gurú Har Rai, tenía un marcado carácter pacifista.
En la época del octavo, Guru Har Krishan, se produjo un brote de viruela en Delhi y el maestro se dedicó a ayudar a los enfermos, pero él mismo contrajo la enfermedad y falleció al poco tiempo. Su continuador, Teg Bahadur, se enfrentó a la intolerancia del emperador Aurangzeb, quien lo torturó hasta la muerte para convertirlo al islam.
Gurú Gobind Sahib, décimo y último de los gurús sijs, reorganizó la comunidad e hizo la recopilación final del libro sagrado conocido como Adi Granth, al cual declaró el gurú permanente y final. Ordenó que los varones recibieran el apellido Singh (león) y las mujeres Kaur (princesa), y que todo sij iniciado (llamado jalsa, puro) debía llevar cinco artículos que comienzan con la letra k: kesh (pelo sin cortar, símbolo de espiritualidad), kanga (peine de madera, representa vida adecuada y limpieza), kirpan (daga pequeña, encarna dignidad, valor y lucha contra el mal), kara (brazalete de acero, simboliza unidad con Dios, fortaleza y autorrestricción) y kach (calzoncillo estilo bóxer, que representa pureza, modestia y fidelidad). Gobind Sahib también prohibió a los iniciados el consumo de alcohol, tabaco y carne. Y como muestra exterior de la fe sij, declaró el uso del turbante, emblema de disciplina, humildad y honor.
Vida y muerte
Los sijs creen que todo lo que nace tiene que morir. El cuerpo es perecedero pero el alma es eterna, ya que es parte de Dios y anhela reunirse con Él. La liberación del ciclo de nacimientos y muertes es el propósito de la vida. La existencia humana es un don y su terminación es un retorno a la fuente divina.
Salud y enfermedad
Durante los momentos de enfermedad y dolor, los sijs oran para obtener la ayuda divina. Recuerdan a Waheguru para obtener paz, pedir perdón por sus faltas y recitar o escuchar himnos sagrados, las palabras divinas pronunciadas a través de los diez Gurús y conservadas en el Adi Granth. Esas palabras los nutren y les proveen con fortaleza corporal y espiritual.
Si bien consideran que la enfermedad es voluntad de Dios, también creen que Dios es benevolente y misericordioso, pero uno tiene que hacer un esfuerzo para estar bien, lo que incluye seguir un tratamiento médico.
Creencias y prácticas generales
La comunidad sij es una de las más progresistas en la India y eso se refleja en su postura frente a la medicina. Aunque la práctica individual puede variar, entre las creencias generales sobre la salud podemos contar las siguientes: 1) la santidad de la vida es un mandato, la existencia humana es la forma de vida más elevada; 2) las transfusiones de sangre están permitidas; 3) no se alientan el suicidio asistido ni la eutanasia; 4) tampoco se alienta mantener con vida artificial a un paciente terminal en estado vegetativo por un periodo prolongado; 5) está permitido el trasplante de órganos, pero la decisión descansa en el individuo o sus familiares; 6) está permitida la autopsia; 7) la tecnología reproductiva artificial solo debe ser utilizada por una pareja casada que vive junta; 8) es aceptable la ingeniería genética para curar una enfermedad, pero no así la clonación humana; 9) no se recomienda el aborto, excepto por indicación médica; 10) los niños varones no son circuncidados; 11) no tienen objeciones frente a la planificación familiar.
Un mantra sij para la sanación
El sijismo recibió gran impulso en Occidente a partir de 1969 gracias a Yogi Bhajan, quien fundó en Los Ángeles la organización 3HO, también conocida como Sikh Dharma International, la cual promueve el vegetarianismo, la meditación y el yoga como prácticas que generan salud, felicidad y santidad. Una de las enseñanzas más importantes de Yogi Bhajan respecto a la sanación es el Siri Gaitri Mantra o Ra Ma Da Sa. Contiene ocho sílabas que aprovecha las energías del Sol, la Luna, la tierra y el Infinito para brindar una curación profunda, ya sea de uno mismo o de otra persona. Está formado por Ra: energía solar, Ma: energía lunar, Da: energía terrestre que enraíza con el cuerpo, Sa: Infinito impersonal (al pronunciar esta sílaba la energía humana se eleva), Sa Se: totalidad del Infinito (atrae la energía de curación del universo), So: sentido personal de unión e identidad, Hang: Infinito vibrante y real.
La posición recomendable para practicar este mantra es sentado sobre una manta en el suelo con las piernas cruzadas o en una silla con la columna recta y los pies firmemente plantados en el suelo. El mudra o posición de manos es con los codos pegados a los costados, los antebrazos dispuestos en un ángulo de 45 grados respecto al cuerpo, las palmas de las manos hacia arriba y los dedos unidos excepto los pulgares. Los ojos deben estar cerrados.
Hay que llevar el ombligo hacia adentro al pronunciar Sa y Hang, tomando en cuenta que la respiración se acorta al jalar el ombligo. Se canta un ciclo completo del mantra con una respiración, luego se inhala y repite. Es importante tratar de sentir cómo resuenan las sílabas en la boca y las fosas nasales. Se puede visualizar a la persona o persona que se desea sanar. El tiempo recomendable es de 11 a 31 minutos.
Para terminar, inhalar profundamente y mientras se contiene la respiración, hacer una oración personal de sanación mientras se visualiza a la persona envuelta en una divina luz blanca y completamente sanada. Exhalar, inhalar profundamente, contener la respiración y volver a ofrecer la misma oración.
Por último, exhalar, inhalar y llevar los brazos hacia arriba, agitar manos y dedos por algunos segundos, mantener los brazos en alto mientras se exhala. Repetir dos veces más y relajarse.
Gurú Nanak, el fundador del sijismo
El Templo Dorado de Amritsar
El Adi Granth, el gurú permanente y final
Kara o pulsera sij
El característico turbante sij
Boda sij