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Tulsi: la hierba divina

Imagina una planta que se considera sagrada y que al mismo tiempo posee cualidades medicinales y culinarias. Hablamos de tulsi o tulasi (Ocimum sanctum u O. tenuiflorum), originaria de la India, pero extendida por todo el sureste de Asia. Su nombre significa “incomparable” y se cultiva desde la antigüedad porque encarna a la diosa de la riqueza y la abundancia, así como por sus propiedades medicinales y su aceite esencial. La albahaca india o tulsi es un pequeño arbusto que crece no más de 60 cm y sus aromáticas hojas tienen un color verde o púrpura.

En cada casa hindú hay una mata de tulsi y lo primero que se hace después de encender la lámpara de aceite del altar doméstico, es regar la planta que representa a Lakshmi, la diosa de la riqueza y esposa de Vishnú, el conservador del universo. Se considera que atrae la prosperidad, invita la presencia de los dioses y purifica el aire. Por esa razón también se le siembra alrededor de los templos. Muchos le prenden una pequeña lámpara cada tarde como símbolo de reverencia, en especial durante el mes de Kartik (mediados de octubre a mediados de noviembre), así como los jueves y viernes, los días dedicados a Lakshmi. Los vaishnavas, los devotos de Vishnú y de Lakshmi, usan japamalas (rosarios) elaborados con ramas o raíces de albahaca india, al grado que les llaman “los que usan tulsi alrededor del cuello”.

En cuanto a sus propiedades terapéuticas, sus efectos a nivel corporal son más notables en la sangre, la médula y el tejido nervioso, así como en el sistema reproductor. En el Ayurveda, la medicina tradicional de la India, se dice que reduce vata y kapha, y aumenta pitta. Tiene efectos antibacterianos, antitérmicos y antiespasmódicos. Beneficia la piel, el tubo digestivo y las vías respiratorias. Tulsi purifica, oxigena y vigoriza el cuerpo, es un tónico cardíaco, libera el organismo de los efectos del veneno y es eficaz en las etapas iniciales de muchas formas de cáncer. Su esencia se usa para los oídos, y se consume en caso de resfriados, tos, asma, hipo, pleuresía y bronquitis para que el cuerpo expulse las mucosidades. El Ayurveda sugiere una cucharadita del jugo de las hojas, acompañado por media cucharadita de jugo de jengibre y tres granos de pimienta negra en caso de fiebre ligera, tos, enfriamiento y trastornos digestivos. Pero también se le considera un afrodisiaco y alivia las molestias de la dismenorrea. 

Sus efectos a nivel mental son aún más destacados: la hierba tulsi brinda paz, serenidad, lucidez y buena memoria. Y si bien el Ayurveda la cuenta entre las hierbas que tranquilizan y mejoran las funciones mentales, junto con ashwagandha, gotu kola, cálamo aromático y sándalo, se le considera particularmente un purificador de cerebro y nervios. 

Por último, el tulsi se utiliza como condimento en todo tipo de alimentos, incluyendo sopas y postres.  

¿A qué se deben sus maravillosas propiedades? Tulsi contiene entre otros ácido oleanolico (hepatoprotector, con propiedades antitumorales y antivirales), ácido ursólico (cardioprotector, inhibe proliferación de varios tipos de células cancerosas, incrementa músculo y reduce grasa, atenúa el daño oxidativo del cerebro, potencia el sistema inmune y la función pancreática) y eugenol (antiséptico y sedante ligero). 

Las tres principales variedades cultivadas en India y Nepal son Rama tulsi (Occimum gratissimum), la más común, con hojas anchas verde claro y sabor ligeramente dulce; Vana tulsi (O. basilicum), silvestre y bastante difundida y Shyama o Krishna tulsi (O. sanctum), la menos común, de hojas verde-púrpura.

Escrito por: Ravi Chandra

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