Jengibre

Claro que todos conocemos el jengibre, pero lo que no sabemos es que la parte que consumimos de esta planta originaria de la India no es propiamente una raíz, sino un rizoma o sección subterránea del tallo. La planta llega a tener 90 cm de altura, con hojas de 20 cm y un rizoma de 3 a 20 cm. El jengibre es muy apreciado por su aroma cítrico y sabor picante. Llegó a Europa desde la época de los antiguos griegos, quienes difundieron su uso medicinal y culinario. 

El jengibre es tan popular en la India que posee dos nombres: ardra cuando es fresco y shunthi cuando está seco. 

El Ayurveda reconoce sus propiedades antidiuréticas, analgésicas y caloríferas, con efectos específicos en los sistemas respiratorio y digestivo, por lo que recomienda consumirlo fresco diariamente, a excepción de los días muy calurosos. El jengibre cura trastornos de vata y kapha, aumenta ligeramente pitta dado que su sabor (rasa) es picante y su propiedad (virya) es caliente. 

Jugo medicinal

Uno de los tónicos más empleados por los terapeutas ayurvédicos es el jugo medicinal de jengibre. La forma más sencilla de prepararlo es macerar jengibre fresco y filtrarlo a través de una tela de algodón. Se le puede añadir miel o azúcar y armoniza las vías respiratorias en caso de faringitis, laringitis y bronquitis. También elimina gases, estimula el apetito (sobre todo en los niños) y favorece la expectoración. Las personas de todas las constituciones y edades pueden consumir esta preparación sin efectos secundarios o indeseados. Además tonifica el fuego digestivo (agni), que disminuye con la edad y el estrés, lo que permite una mejor digestión y metabolización de los alimentos. Está indicado contra reumatismo, tos, indigestión y falta de apetito; además estimula la asimilación de los alimentos y elimina gases; combate la leucorrea (secreción vaginal blanquecina) y se recomienda en casos de lumbago y colitis. 

Propiedades

Favorece la digestión: estimula el funcionamiento del hígado, elimina bacterias intestinales perjudiciales, mejora la flora intestinal, evita la hinchazón abdominal y los gases.

Tónico circulatorio: induce el movimiento de la sangre hacia la periferia, lo que permite que alivie sabañones (inflamación debida a frío intenso), hipertensión y fiebre; inhibe la agregación plaquetaria, por lo que previene enfermedades cardiovasculares. 

Antioxidante: retrasa el proceso de envejecimiento.

Antiinflamatorio: esta propiedad se debe a los gingeroles (sus principales componentes activos), por lo que quienes padecen artritis reumatoide alivian su dolor e hinchazón y mejoran su movilidad. 

Anticancerígeno: los gingeroles inhiben el crecimiento de células de cáncer colónico.

Actividad muscular: gracias a su alto contenido en magnesio, calcio y fósforo, minerales que intervienen en la contracción de los músculos y en la transmisión del impulso nervioso, permite que prevenga la debilidad y los espasmos musculares.

Antiséptico: combate las infecciones de garganta.

Calorífico: ayuda a la sudoración y es útil en refriados y fiebres. 

Contra el mareo y náuseas: reduce el vértigo y es útil para las náuseas del embarazo.

Contra el mal aliento: masca un pequeño trozo de jengibre fresco o encurtido después de las comidas. 

¿A qué se deben sus propiedades? El jengibre contiene cantidades considerables de niacina (vitamina B3), vitamina B6, potasio y zinc, pero sobre todo hierro, magnesio y manganeso. Es rico en aceites volátiles, sustancias fenólicas (gingeroles, shoagoles y gingeronas), así como enzimas proteólicas y ácido linoleico. 

Aunque no existen propiamente contraindicaciones para su consumo, en dosis altas puede producir gastritis y se desaconseja en caso de úlcera gastroduodenal. Embarazadas y madres lactantes deben tomar dosis bajas y durante periodos cortos. Tampoco conviene que lo consuman niños menores de seis años. 

En la cocina

El jengibre en la India aromatiza platillos preparados con arroz, chutnis (salsas agridulces), postres y bebidas frías y calientes, pudiendo añadirse al té negro y al café. Además enriquece los alimentos de sabor delicado o dulce, como arroz, verduras y frutas.

En Occidente se elabora vino y cerveza de jengibre, así como galletas, pan y fruta cristalizada. Por su sabor cítrico y especiado, el jengibre combina con salsa de soya, vinagre, limón, ajonjolí, aceite y miso en la elaboración de salsas, vinagretas y condimentos. 

Dicen los expertos que todo el secreto del jengibre es que si lo compras fresco no debe tener arrugas. Puedes conservarlo congelado, después de pelarlo o rallarlo.