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El aromático sándalo

Ravi Chandra

Cuando pensamos en incienso, evocamos de inmediato el sándalo. Originario de la India, el árbol de sándalo (Santalum album) o chandanam, su nombre en sánscrito, alcanza de cuatro a nueve metros de altura y puede vivir cien años. Los hindúes lo reconocen como sagrado y se identifica por el color rojizo de su corteza y el blanco de su duramen o corazón. 

El gobierno indio lo declaró propiedad nacional para preservarlo de la sobreexplotación y la degradación de su hábitat, ya que la población silvestre de sándalo se considera vulnerable a la extinción. El gobierno concede el derecho a cortar y vender su madera, y solo se permite su tala cuando el árbol en particular ha rebasado los 30 años, momento en que comienza a decaer. 

Usos rituales y artísticos

Son muy valoradas las tallas en madera de sándalo de divinidades como Ganesha, el dios con cabeza de elefante, Shiva, el señor de los yoguis o Lakshmi, la diosa de la Fortuna, de la que platicamos en el artículo sobre la albahaca santa en el artículo anterior. Eso se debe a la textura fina y regular de la madera y a que recién tallada posee un color amarillento que, con el tiempo, adquiere un tono café oscuro. Además se seca sin agrietarse y, por si fuera poco, es dura y muy resistente al embate de hongos e insectos. Por ello se utiliza también en la fabricación de cajas, marcos, peines y otros artículos.

Con las delicadas semillas de sándalo se elaboran japamalas (rosarios hindúes) y el incienso perfumado con sándalo acompaña innumerables rituales, ya que favorece la armonía espiritual. Es uno de los elementos de perfumería más antiguos que se conocen, pues se reporta su uso desde el siglo V a.C. Actualmente se encuentran numerosas presentaciones comerciales de sándalo como aceite esencial, cremas, ungüentos, cosméticos, perfumes y jabones. 

Por cierto que el aceite esencial de sándalo —reconocible fácilmente por su intenso olor dulce, amaderado y balsámico—, se obtiene exclusivamente del duramen y las raíces. 

Usos terapéuticos

En el Ayurveda se usa ampliamente el sándalo en el tratamiento de debilidad en general, así como infecciones de los aparatos urinario, digestivo y respiratorio, especialmente en casos de resfriado, inflamación de boca y faringe, fiebre, malestares de hígado y vesícula. La infusión de sándalo es un excelente tónico para los riñones, debido a sus propiedades diuréticas y antisépticas. Su aceite esencial calma las constituciones vata y pitta. Un masaje con aceite de sándalo promueve el equilibrio mental, por lo que combate insomnio, depresión y ansiedad. El masaje en la frente mejora problemas circulatorios, corta el sangrado de nariz y alivia el herpes genital. Es el único aceite que se puede aplicar en la frente en caso de fiebre o infección, gracias a su cualidad refrescante. Tanto el incienso como la esencia de sándalo se recomiendan para aligerar los síntomas del síndrome premenstrual. Pero es en los padecimientos de la piel donde más rápido evidencia su efectividad. 

La medicina tradicional china lo utiliza en el tratamiento de dolores de estómago, náuseas y problemas cutáneos. Y la aromaterapia moderna para la salud y embellecimiento de la piel. 

Estudios recientes reportan tanto su capacidad de bajar el nivel de azúcar en la sangre como sus propiedades antioxidantes. Contiene diversas sustancias llamadas santaloles, que son responsables de sus cualidades medicinales. 

Propiedades

Aliado de piel y cabello: captura radicales libres responsables del envejecimiento celular y prolonga el tiempo de crecimiento del folículo del cabello, por lo que aumenta su ciclo de vida.

Infecciones cutáneas: su aplicación regular evita que la piel se infecte o deteriore con facilidad, sobre todo en áreas sensibles como comisuras y codos. Gracias a sus características antisépticas, evita infecciones y escozor en heridas pequeñas.  

Elimina cicatrices y estrías: si se aplica diariamente después del baño, reduce marcas de la piel. Su efecto es evidente después de pocos días.

Fungicida: elimina hongos de las uñas dado que penetra en ellas y actúa desde su interior. Como es antiséptico, evita infecciones.

Regulador emocional: influye en nuestro estado de ánimo ya que es estimulante y euforizante, por lo que alivia depresión y ansiedad; su consumo habitual restablece los niveles normales de serotonina. 

Relajante: induce el sueño paulatina y eficazmente, regula la presión y la hipertensión.

Afrodisiaco: contiene reguladores nerviosos que activan las áreas más sensibles del cuerpo, las que perciben el placer, por lo que se recomienda para tratar la impotencia.

Contraindicaciones

No se aconseja su uso en niños menores de seis años, mujeres embarazadas o en estado de lactancia, tampoco si la persona consume ansiolíticos o sufre alergias o dermatitis ante otros aceites esenciales.

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